sábado, 13 de septiembre de 2014

Capítulo 7

En ese enorme coche cabíamos perfectamente los tres en una hilera de asientos sin apenas rozarnos, incluso cabían dos personas más atrás, además la parte donde estábamos sentadas estaba separada de la del conductor por un cristal oscuro.
-No nos hagas esperar más-le dije a aquel hombre.
-Que impacientes que sois. A ver dejad que me presente, me llamo Marcos-dijo cogiéndome de la mano y dándole un beso- encantado de conocerte Susy.
Hizo lo mismo con Laura y luego puso una mano sobre nuestros muslos, frotándonos a cada una con cierta delicadeza.
-Veréis… tengo un pequeño local de ambiente- nos contaba sonriendo.
-Bueno…-le contesté bastante dulce al ver que nos iba a ofrecer algo.
-Si habéis conseguido llenar un pequeño gimnasio de barrio, luchando vestidas, me pregunto si podrías llenar mi negocio también.
-¿Te refieres a que quieres que luchemos desnudas?- preguntó algo escandalizada Laura aunque por la cara que puso no parecía desagradarle mucho.
-No, no es eso…-dijo separando las manos de nuestras piernas.
El coche se detuvo en lo que parecía un polígono industrial y el chófer nos abrió la puerta ofreciéndonos la mano para ayudarnos a bajar.
-Por favor seguidme-dijo Marcos caminando hacia un oscuro callejón.
Nos arrimamos bastante a él siguiéndolo, justo detrás de un enorme contenedor había una puerta de metal oxidada y mal pintada. Marcos abrió la puerta y nos adentramos en un largo pasillo, había varias puertas, algunas abiertas, no pude evitar curiosearlas mientras pasábamos por delante, parecían camerinos. Finalmente llegamos a una puerta que parecía muy vieja, aun que a su vez muy segura. Al abrirla pasamos al despacho de Marcos.
-¿Queréis algo de beber?-nos preguntó mientras el se servía una copa de un whisky del que desconocía la marca pero por la botella parecía que era muy caro.
Mientras Laura dudaba yo contesté rápida –Tomaremos lo mismo que tú.
El sonrió sacando dos vasos más y cuando nos los ofreció sin hielo ni nada nos dijo –Parecéis chicas listas- hubo una pequeña pausa que aprovecho para darnos un repaso de arriba abajo- sois bastante guapas y os movéis bien…
Los tres nos sentamos frente a una mesita.
-Creo que puedes permitirte strippers más guapas- le conteste dando un sorbo a mi copa, notando ese fuerte sabor a roble.
-Eso es verdad, no crees Laura, estás muy callada.
-Umm sí, es que no estoy acostumbrada a que me ofrezcan tanto dinero y estoy ansiosa por saber que tendría que hacer.
-Mirad aquí tengo los contratos…
Laura y yo cogimos los papeles, estaban aún a medias y les faltaban nuestros datos pero en resumen ponía que seriamos camareras cobrando 400€ y trabajando todos los fines de semana durante casi de 10 horas al día.
-¿Nos estas tomando el pelo?
-A ti no, preciosa, ha de haber un contrato, ¿cierto?- y sin dejarme contestar siguió- y no voy a poner qué vais a pelearos por dinero,  el resto os lo daré en B.
-Solo tendremos que pelearnos, ligueras de ropa y nos pagaras 4000 a cada una, ¿lo entendí bien ahora?- preguntó Laura.
-Bueno, tengo entendido que sois pareja, yo propongo una pelea y quien gane se folla a la perdedora, eso podría ser un día claro, pero a mis clientes les quiero dar variedad.
A Laura y a mí nos empezaba a convencer, cuando nos dijo.
-Pero claro, os he visto luchar, pero tenéis que demostrarme que sois capaces de… excitar a un hombre.
Me levanté rápida, dejando la copa sobre la mesilla y subiéndome sobre la falda de Laura, ella me rodeo con las manos. Empecé a frotarme contra ella pegando mi pecho al suyo besándole los labios lascivamente, poco a poco esos besos pasaron a ser lametazos, miré un segundo atrás y vi sonreír a Marcos.
-Bien chicas y porque no me enseñáis un poco mas de carne- dijo llenándose otra vez el vaso.
Me bajé la falda, las bragas y luego la camiseta lanzándolas dios sabe dónde, me volví a poner sobre Laura y le fui quitando la ropa.
Laura se reía mientras me decía –Susy no tienes vergüenza.
Besándole el cuello le conteste con voz suave -¿En qué se diferencia esto de lo que hacemos en nuestra habitación delante de la cámara?
Su mano se enredaba en mi pelo mientras me levantaba un poco y se bajaba los pantalones y el tanga.
Le agarré los pezones con fuerza y tiré de ellos para hacerla gritar, en cuando soltó un grito le metí la lengua, sin dejar de frotarme contra ella.
Me separé uno milímetros de la boca de Laura –Ven que te coma el coño.
Laura abrió un poco sus piernas y me fui escurriendo trazando un bonito camino de besos por todo el cuerpo de Laura, poco a poco fui llegando pero no pude evitar detenerme un poquito en sus grandes pechos.
Una vez en el suelo, arrodillada me puse bien en pompa, con las manos apoyadas en sus muslos y acerqué mis manos a sus labios vaginales, pasándolo lentamente por estos de abajo a arriba para detenerme en su clítoris.
-Aaaahm cielo que lengua tienes… -decía Laura mientras se acariciaba un pezón juguetona y risueña.
Marcos se acercó a mí por detrás agarrándome una nalga, echándola a un lado para ver que escondía ahí atrás.
Mientras amasaba mi culito con su mano me preguntó -¿Este culito es tragón?
Laura se empezó a reír asintiendo con la cabeza.
De golpe sentí su pulgar haciendo fuerza contra mi pequeño agujero, no le costó mucho entrar, pero sus manos eran ásperas y gruesas.
Me sentía más que bien, quería tocarme pero no quería desatender a Laura. –Recuerdas, la última vez que hicimos algo así acabaste meándote en mi cara.
Laura me acarició la cara riéndose –Pues vigila, que estoy a punto de correrme…
Me separé un poco y mirando a Marcos con cara de niña buena le dije –¿No quieres meterla ahí dentro?
Ni si quiera contestó, dejó caer sus pantalones hasta los tobillos y de un solo golpe me la metió casi entera. No tenía la polla muy grande pero era bastante gruesa, sin circuncidar.
Se movía arrítmicamente, a trompicones me agarraba de la cadera clavándome sus dedos con fuerza. Empecé a acariciarme el coño sin dejar de lamérselo a Laura cada vez se la metía más adentro, estaba empapadísima.
-Mírala, lo pequeñita y viciosa que es- Marcos apartó mi mano de mi coño y empezó a acariciarme más torpemente de lo que yo lo hacía pero con más firmeza.
Laura se inclinó hacia delante gimiendo, con las manos apoyadas en mi cabeza sin dejar que me escapara de entre sus piernas. Al poco rato empezó a correrse.
Yo me puse a lamer todo su coño sin centrarme en ninguna zona pues estaba tan mojada que no era fácil, además las acometidas que Marcos me estaba dando no me dejaban lamer dos veces el mismo sitio.
Marcos cada vez me la metía con más fuerza y con menos frecuencia, hasta que finalmente se arqueó hacia atrás dejándola bien metida en mi estrecho culo corriéndose.
Marcos quedó exhausto y se sentó en su sillón, yo me volví a subir sobre Laura para besarle en el cuello justo detrás de la oreja.
-Laurita porque no le ofreces a tu nuevo jefe una mamada.
-¿Ummm?- preguntó sin apenas poder formular una frase.
-Que le limpies el rabo a este señor tan majo.- le dije un poquito más autoritaria.
Me senté en el sillón de Laura y ella se levantó poniéndose en cuclillas delante de Marcos. Sin decirle nada le sujetó los testículos con una mano y la base de la polla con la otra, acercó sus labios a su capullo dándole un pequeño beso mientras se la metía en la boca.
Enseguida se volvió a empalmar. –Jajaja Laura tienes una boquita mágica- le comenté levantándome y acariciándole la cabeza ayudándole a metérsela en la boca.
-He de rectificar: Sois listas, guapas, os movéis bien, y sois muy guarras.
-Ya ves… y en cuanto acabe de limpiarte el pene se va a poner con el estropicio que me has dejado aquí- contesté picarona tocándome el culo.
Marcos ya hacia muecas, parecía que en cualquier momento se fuera a correr de nuevo.
Así fue, a Laura se le hincharon los mofletes y se puso a tragar leche, tras un par de sacudidas Laura se la sacó de la boca y empezó a lamerle el capullo dejándolo limpio de restos de semen.
-¡Quieta!- grité al ver que se iba a levantar.
Me senté a horcajadas sobre las rodillas de Marcos y me separé las nalgas –Ya que estás limpiando…
Laura empezó a lamerme el ano primero me daba largos lametones por todo el exterior pero poco a poco fue metiendo la lengua más a dentro.
Mientras Laura cumplía mis órdenes, yo empecé a acariciar a Marcos intentando que se empalmara de nuevo.
Me miró a la cara y me dijo –Tres ya no…-casi desesperado.
Al ver que no cedía empecé a masturbarme sin separarme de él, pasando mis finos dedos por el clítoris sobretodo, de vez en cuando los pasaba por mis labios recogiendo todos los flujos que podía y se los pasaba por la cara a Marcos que me los lamía.
Estaba empalmado de nuevo, aprovechaba para frotarme contra su polla, y con delicadeza me coloqué sobre ella y me dejé caer.
-Aaaasss… te dije que tres ya no… Susy-gemía mientras yo empezaba a moverme.
Laura seguía chupándome el culo aunque me moviera.
Yo no dejaba de acariciarme el clítoris mientras trotaba sobre Marcos.
Tras un rato penetrandome, no mucho, Marcos soltó un gritito bastante agudo para un hombre y noté unas pocas gotas fluyendo por mi coño.
Sin dejar de botar sobre él le pregunté- ¿ya está?
Asintió con la cabeza con los ojos llorosos y me separé de él, apartando también a Laura.
Aún recuperándose de este último polvo que no se esperaba nos dijo –Venid mañana a las 12 del medio día a firmar los contratos y haremos la prueba del vestuario.
-Vale- dijimos las dos sonriendo.
-Y avisadme la próxima vez que vengáis cariñosas que me tomaré una viagra o algo, joder que no tengo aguante para las dos.
En cuanto salimos susurré al oído de Laura –Ni para las dos ni para una jajaja.
Al día siguiente nos levantamos temprano, aunque el despertador estuviera puesto a las 10:30 a las 8:00 yo ya estaba despierta, supongo que fueron los nervios y Laura se despertó al oírme.
Tuvimos tiempo para ducharnos, desayunar, vestirnos, etc.
A las doce tal y como habíamos quedado estábamos metidas en aquel callejón, justo tras el contenedor de basura.
Esperamos muy poco tiempo y salió un chico enorme, por lo menos media 2 metros y con una espalda que quizás también hacia 2 metros de ancho (exagero pero eso era un autentico armario 2x2), vestido con una americana barata color gris oscuro, camisa blanca sin corbata y abierta del pecho y unos pantalones tejanos con unos zapatos negros algo gastados (quizás ya los compró así).
-Pasad- dijo con una voz menos grave de lo que esperaba.
Lo seguimos, pasando de nuevo por todas aquellas habitaciones/camerinos, cuando creíamos que nos pararíamos en el despacho de Marcos él siguió andando, y nosotras tras él. Finalmente llegamos al final del pasillo, a mano derecha había un cuarto de baño no muy grande, recto una puerta muy bien cerrada, y a la izquierda una habitación.
El segurata desconocido nos abrió la última y entramos. Era una habitación enorme, quizás 3 o 4 veces más grande que el despacho de Marcos, con 4 hileras larguísimas de colgadores llenos de ropa provocativa: Corsés, picardías, bikinis, todo tipo de lencería y disfraces.
Marcos se nos acercó y nos dio dos besos con toda confianza, como si nos conociera de toda la vida. Nos estuvo 15 o 20 minutos sentadas junto a unos notarios firmando cosas y pidiéndonos números de cuenta, del DNI, de la seguridad social etc.
Cuando los contratos estuvieron firmados estos hombres tan aburridos de fueron y vinieron una chica y tres chicos.
-Estos son nuestros modistas, con Laura no tendremos problemas pero contigo Susy…
Los cuatro rodearon a Laura, la mujer sacó una cinta métrica y le dijo que se desnudara.
Laura dejó caer toda su ropa al suelo y esta empezó a sobarla toda midiendo cada una de sus curvas.
La modista iba cantando sus medidas -110 de pecho-dijo como si nada, como si eso fuera lo normal ahí.
Mientras ella decía uno de los chicos apuntaba en una hoja y otro se paseaba por la ropa.
-A esta tráele el bikini rojo, y a la otra ummm- dijo mirándome de arriba abajo.-¿Qué haces una 80 de pecho?
-Ochenta…  y cinco- dije corrigiéndola.
También me hizo desnudar y me pasó la cinta por el pecho apretándomelas bien con ella.
-Bueno con 83 cm, si quizás tira más a 85 que a 80, pero para ti no tenemos nada, bueno algún conjunto de ropa intima sí- ella iba hablando mientras se paseaba de lado a lado como si nadie la escuchara, pero lo cierto es que todos estábamos atentos a sus palabras- no lo siento, los sujetadores que te cabrían van conjuntados con braguitas que con ese culazo no te entrarían.
-Bueno eso llevo sabiéndolo desde hace tiempo, tengo un cuerpo difícil, por eso me he de comprar la ropa por partes…
-A esta compradle un bikini de color…
-¿Puede ser rosa?-pregunté, ya que me lo iban a comprar expresamente…
-¡¿Rosa?!- dijo indignada- si ella va de rojo tú has de ir de azul, verde, amarillo si me apuras…
-Amarillo no que trae mala suerte, azul entonces…
Uno de los chicos se fue casi corriendo con el papel de mis medidas en la mano.
La modista se acercó a Marcos y cuchicheaba algo, por suerte tengo buen oído y soy un poco cotilla, así que lo sentí todo.
-¿Tú crees que esta chica vale para lo que tú quieres? La veo muy poca cosa…
El no contestó solamente asintió sonriendo.
-Bueno pues tú mismo, más vale que no te gastes mucho comprándole trapos a esa que luego no le servirán a ninguna otra.
Se volvió a girar hacia nosotras y con una sonrisa forzadísima me dijo –Puedes vestirte cariño, y tú (dirigiéndose a Laura) pruébate el bikini.
Laura se puso el bikini, le quedaba como si estuviera pintado sobre su cuerpo. Ella se la miraba de arriba abajo.
En menos de 20 minutos ya estaba el chico con mi ropa, venía casi ahogado. –Anda bonita pruébate esto, dijo la modista dándome la bolsa.
Me puse el bikini, y me asombró ver que me quedaba tan bien como el que le dieron a Laura.
-Es perfecto, ¿Dónde lo habéis comprado? Mi ropa no me queda tan bien.
Marcos se acercó y me dijo, -Ya te daré la dirección pero no es un sitio barato…
Yo iba posando tal y como me decía la modista.
-Bueno ya está, no me molestéis más que tengo trabajo en la tienda…-se fue llevándose a los chicos, parecía que todos le tuvieran miedo.
-Uff que asco de mujer- exclamó Marcos en cuanto se fue.
A mí se me escapó la risa, -Bueno al menos me ha encontrado ropa…
-Sí –dijo Laura mirándome- y pocas veces te he visto tan guapa.
-Eh eh eh eh, quietas- dijo Marcos al ver que Laura se acercaba a besarme.
-¿Por?- preguntó Laura antes de darme un piquito.
-Sentaos un momento y hablamos, que ahora sois mis empleadas.
-Legalmente somos tus camareras- le dije burlona.
-Legalmente vas a cobrar 400€- contestó seco.
-Va Susy, a ver qué quieres decirnos…
-Os explico las normas del combate: Como ya dije quien gane se folla a la perdedora, aunque en el caso de Susy… te podría encular si pierdes.
-Y yo a ella si pierde también, no va a ser menos ella.
-Claro-dijo riéndose Laura.
-Bueno pues eso, en el combate valdrá de todo, si os bajáis la ropa seguid luchando sin ropa, eso es lo más importante.
-Como que vale todo, sin asaltos y se pueden dar patadas, no, así no- le dije enfadada.
-Se vale todo, otra cosa es lo que os hagáis vosotras, joder no os vais a matar…
-Susy te prometo que no te hare daño- dijo Laura riéndose.
Al final nos quedaron muy claras las normas:
1. Quien pierde pone el culo.
2. Si nos desnudamos mejor que mejor.
3. Todo vale, y pararíamos cada 5 minutos para descansar un poco, pero no se podían llamar asaltos.(Normalmente duran 2 minutos)
Marcos nos citó a las 10 de la noche del sábado, como siempre fuimos más que puntuales, de nuevo nos abrió el segurata, hoy ya iba con corbata y mucho más arreglado.
Nos hizo ir rápidas a cambiarnos y luego nos llevo a maquillarnos y peinarnos aunque ya veníamos arregladas de casa. Laura llevaba colorete y los labios bien pintados y yo solo un poco de base.
Rodeadas de un montón de chicas nos hicieron pasar las primeras. –Estas son las nuevas decían las peluqueras mientras nos peinaban, las demás chicas nos miraban con cierto recelo, sobre todo a mí que era la más bajita y con menos pecho que debía haber pisado esa habitación.
No nos maquillaron más y tras peinarnos rápido nos despacharon gritando –Otra…
Fuimos al despacho de Marcos, estaba haciendo papeleo, lo dejó y se nos acercó. –Bueno a las 12 empezará a haber más gente, vosotras salís y os ponéis a estirar en el ring, si os dicen algo sed amables.
Así sucedió a las 12 salimos casi escoltadas por nuestro amable guardaespaldas sin nombre y subimos al ring, donde estuvimos casi media hora estirando. La gente se acercaba y nos preguntaba cómo nos llamábamos, quien iba a ganar, si éramos nuevas…
Era un local enorme, nada comparado con la parte que estaba escondida, cinco o seis barras, en todas ellas había mujeres hermosas ligueras de ropa sirviendo copas, todas zorreando a cambio de una buena propina, a parte había habitaciones privadas, con seguratas en las puertas por si las moscas. También había pequeños escenarios donde las mujeres en topless bailaban junto a una barra al ritmo de la música.
Al rato se paró la música y se escuchó por megafonía, “se acabó el tiempo para hacer apuestas, el combate empezará cuando suene la campana; de azul Susy y de rojo Laura… (Se calló un instante) vamos a vuestras esquinas (dijo como si nos estuviera viendo)… ding ding (sonó)”
Caminamos tranquilas hasta el centro del ring alzando los puños, era maravilloso escuchar a una jauría de tíos gritando nuestros nombres, pero Laura no se detuvo un segundo a disfrutar del momento, me lanzó un fuerte golpe directo a la cara.
Me hizo recular adoptando una actitud más defensiva, de repente me adelanté aprovechando su guardia baja y le golpeé en la cintura.
Acababa de empezar pero ya estaba emocionada y nerviosa, no me veía capaz de tener iniciativa ofensiva y me dediqué a mantener la guardia y golpear siempre tras Laura.
Aquella estrategia no me fue muy beneficiosa, los 5 minutos se me hicieron eternos, ni si quiera la había atacado bien y estaba sudada, las piernas incluso me temblaban, serian los nervios.
Me senté apoyé contra las cuerdas en mi esquina tomando aire, cientos de hombres salidos se acercaron, sonriendo levanté un guante y les saludé. Los que estaban las cerca llegaban a tocarme, no mucho más arriba que los muslos, pero ya me daba un poco de repelús, me giré dándoles la espalda para ver que a Laura le estaba ocurriendo lo mismo. Aun de espalda podía oír algunos de sus comentarios como “Mira que culete” o “Seguro que tiene el coño cerradito”.
Por megafonía volvió a sonar la campana. Corrí hasta el centro de la lona alzando mis puños, y sin pensarlo dos veces golpeé en el pecho de Laura una sola vez con la izquierda, pero como no se lo esperaba pude golpear de nuevo con la derecha varias veces.
Un gran “oooooohhhh” sonó en la sala, pero no estaban asombrados por mi manera de golpearla sino porque había conseguido que se le salieran las tetas por debajo del bikini.
Al verlo me separé un poco como esperando a que se las colocara, pero ella tenía muy claro que no podía, se abalanzó sobre mí, me cubrí fácilmente al ver que su objetivo era mi pecho. Aun así recibí algún que otro golpe.
La campana me hizo parar, estos 5 minutos se me pasaron muy rápidos.
Volví a mi rincón y vi como Laura se ponía cara a los espectadores y se apretaba los pechos mientras se movía de lado a lado. Algo celosa me giré y me bajé el bikini subiéndome a las cuerdas consiguiendo volver a atraer las miradas.
De nuevo volvimos a la pelea, Laura vino con ganas y me empezó a golpearme cansada, de un solo golpe lancé a Laura al suelo. Mientras esperaba a sus pies sonriéndole ella me puso la zancadilla, caí sobre ella. Me senté sobre su abdomen enfadada.
-¡Serás guarra!-dije levantando el puño.
Laura se encogió quedándose quieta, el megáfono empezó a contar y finalmente me dio la victoria.
Me levanté dejando a Laura tumbada. Mientras el locutor explicaba lo que le iba a pasar a Laura una preciosa chica se con un maletín enorme. La chica subió al escenario y me dejo el maletín a mi lado esperando a que lo abriera.
Lo abrí sin decir nada, me quedé boquiabierta al ver el monstruo que había ahí dentro, era un strap pero no uno normal, media más que mi antebrazo y más o menos de ese grosor quizás un poco menos, flexible como de goma con la forma del capullo en la punta y de color negro puro.
La chica muy amablemente me pidió que me bajara las braguitas para ayudarme a ponérmelo. Me lo puso metiendo delicadamente la parte interior del strap en mi coño, apretándomelo bien, tenía varios arneses, una rodeaba mi cintura y uno en cada pierna.
-Umm, pesa un poco…
La chica me miró, me apretó bien eso, me quitó el sujetador y se fue sin decir nada a quitarle la ropa a Laura.
Me puse delante de Laura con las piernas abiertas, me costaba caminar con eso entre mis piernas.
-Laurita mira que juguete tan grande…
-Uff Susy, no… no sabía que sería tan grande, por favor, ten cuidado.
-Ponte a 4 patas, vamos preciosa.
Laura se levantó del suelo poniéndose a cuatro patas levantando bien el culo mientras yo le palmeaba el culo riéndome, poniéndole prisa.
Pasé la mano por mi lengua, di un largo lametón y luego di una palmada en su coño frotándola hacía arriba hasta llegar a su culo. Conseguí hacer gritar a Laura.
Me arrodillé tras ella y empecé a lamer el culo de Laura, pasando la lengua por sus nalgas hasta llegar al ano donde me centré, dejándolo bien babeado, con las manos apartaba sus nalgas y cada vez metía más la lengua en su estrecho agujero.
Sin quitar las manos de sus nalgas separe mi boca de su culo y dejé caer un hilo de saliva, luego le metí un dedo untando de mis babas el interior de su ano.
El público empezaba a emocionarse, cada vez gritaban más.
Yo me levanté y con la mano me ayudé para colocar la punta de ese enorme juguete en la entrada del culo de Laura. Al intentar penetrarla se me doblaba un poco, tuve que ayudarme con la mano para que entrase bien la punta.
Solo había metido el capullo y algo más pero Laura ya se quejaba.
-Oooh cielo, me parece que aún te queda mucho.
Iba dando pequeñas embestidas, poco a poco se lo iba metiendo, pero ella tampoco ayudaba, se iba gateando. Finalmente acabó junto las cuerdas, para sorpresa de los espectadores. Docenas de manos se levantaron para poder tocarla, casi todos se peleaban por poder tocarle las tetas, ella empezó a recular pero atrás estaba yo empujándola hacia delante, enculándola salvajemente con esa enorme tranca de goma.
-Susy, vigila, mi aahhh,- gritaba sin que yo le hiciera caso.
Mantenía quieta a Laura apretando para abajo en su cintura, al escuchar eso le di un fuerte azote.
-¿Susy?, ahora soy tu Ama-dije riéndome al ver que dominaba la situación.
Ya tenía más de medio strap metido, me incliné hacia delante centrándome en el placer que eso provocaba en mí. Alguno de los hombres que estaban delante me paso la mano por las tetas, rápidamente me volví a levantar.
Cuando ya lo tenía todo metido, empecé a sacarlo y metérselo.
-Dios me vas a desgarrar…-gimió a voces.
-Ssshhh calla putita que yo ya estoy a punto- le contesté pasando la mano por su coño.
Se quejaba mucho pero tenía el coño choreando.
-Por favor, Ama vigila…
Le metí los dedos en la boca –Cállate que me distraes, puta.
-Pero Ama…
-Que alguien le meta una polla en la boca a esta…
Ya lo deseaban pero el ring estaba demasiado alto, se tenían que conformar con tocarla y amasar sus grandes pechos.
Mis dedos resbalaban entre su coño, mientras la enculaba, haciéndola jadear.
En breve se corrió en mi mano, sus gritos fueron ahogados por las manos de los clientes. Yo no paré de penetrarla, el frote del interior del strap en mi vagina estaba consiguiendo que la próxima en correrse fuera yo.
-Laura ya me falta poco…
En las penetradas se fueron ralentizando, mis gritos agudizándose y cada vez gemía más fuerte. Empecé a correrme dejándome caer sobre ella, sonriendo al público, orgullosa de lo que había hecho, dejándome acariciar por aquella panda de babosos, satisfecha y algo cansada.
Me fui quitando de encima sacándosela poco a poco, Laura se dejó caer en el suelo aplastando sus pechos contra la lona. Sudada y cansada se apartó de las cuerdas, dándole la mano la ayudé a levantarse.
-Uff como me duele bruta…- decía con una mano en su culo.
La chica que había estado observándonos sin que nos diéramos cuenta subió al escenario y nos dio la mano llevándonos a camerinos otra vez.
-¿Oye tu no hablas?  Le pregunte riéndome.
Nos miro de arriba abajo sonriendo y se fue.
Nos vestimos y nos fuimos a casa, Laura parecía una veterana de guerra cojeando y con una mano en sus nalgas. Al llegar a casa nos metimos en la cama cansadas, sin ni si quiera ponernos el pijama ni ducharnos.

Bueno, lo de cada mes, comentadme y eso, a partir de ahora los relatos serán las aventuras de estas dos en este nuevo local, cada vez mas cerdas y a los clientes cada vez les dejaremos hacer mas jajaj.
PD: En el otro relato me di cuenta que colgué el borrador, solo cambia el final cuando se describe el coche en el borrador no salía el nombre del modelo del coche XD.

Besos a todos mis seguidores/as.

5 comentarios:

  1. Genial, divertido y excítante a la vez, se me va a hacer largo esperar al próximo día 13.

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  2. Joder susy este si que fue un poquitos mas hardcore jajajaaja , me gusto mucho y me puso cachondisimo , sigue deleitandonos asi! un besazo !!

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  3. Como te he comentado otras veces susy, espectacular, me encanta como relatas. Y como te he dicho también alguna vez, solo un pero, el tiempo que pasa entre relato y relato. Aún así, sigue asi!!

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  4. Susy uno de los mejores relatos, te felicito, espero siga bien hard como este

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    1. Gracias, es normal que guste mas este relato, hasta ahora no era relato de acción, era una pequeña gran presentación de este evento que cambiara el curso de las vidas de las protagonistas.

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