A la mañana siguiente fuimos a entrenar al gimnasio, nada
especial como mucho nos dedicamos a besarnos delante de los otros púgiles o
provocarles un poco con poses sugerentes. Entrenábamos mañana y tarde aunque de
vez en cuando nos saltábamos una de esas sesiones para poder ganarnos la vida,
es decir hacíamos shows por cam. De vez en cuando rompíamos la rutina saliendo
a cenar o a tomar algo, o eso creíamos ya que hasta eso empezó a aburrirnos,
cada viernes íbamos al mismo sitio.
Con el tiempo acabamos haciéndonos amigas de una pareja,
Cristian y Sara, de 34 y 31 años, pero como decía solo tomábamos algo cada
viernes, a la misma hora, hablando de lo mismo y contándoles cada noche las
mismas mentiras. Claro no les diríamos que nos ganábamos la vida follando
delante de una cámara, o que Juan se tuvo que ir de casa porque yo era
demasiado dominante para él, o que habíamos dominado a una mujer por dinero y que
a ambas nos encantó.
No digo que no me llevara bien con ellos, ni que Laura ya
no me atrajera pero ya habíamos hecho muchas cosas a nivel de cama y su actitud
tan sumisa empezaba ya a aburrirme.
Pero todo cambio cuando vi que Laura ya estaba preparada
para entrenar de verdad.
Laura y yo fuimos al gimnasio, como cada día, andando sin
prisa cada una pensando en sus cosas, Laura ya ni preguntaba que iba a hacer
hoy, pues ya daba por hecho que haríamos lo mismo que los otros días. En el
fondo yo estaba muy emocionada, llevaba esperando este día desde que Laura me
sorprendió gastando su único deseo en pedirme que le enseñara a boxear, yo ya
lo tenía todo preparado.
Al entrar por la puerta agarré de la muñeca a Laura y la
remolqué hasta los vestuarios.
-Pero Susy… -decía Laura mientras la pasaba por medio de
la sala llena de gente.
Entramos a los vestuarios y lanzando mi bolsa sobre los
bancos dije -Sssh, métete en las duchas y hasta que no te diga nada no salgas,
¿vale?
A Laura no le dio tiempo a contestar pues yo misma la
empujé a las duchas.
Me cambié rápida, me puse un top deportivo ajustado de
color azul claro, y unos bóxers azul eléctrico muy cortos pero holgados con un
culotte blanquito muy cómodo, me calcé mis viejas botas de boxeo azules y
preparé los guantes, también azules.
Saqué también de mi bolsa unos guantes rosa para ella, y
unas botas rosas también que compré por internet, a Laura le quedaba muy bien
el color rosa además tenía cierta predilección por él. Antes de salir del
vestuario grité –¡Ya!
Cerré la puerta de golpe y me fui hacia uno de los chicos
que estaba haciendo pesas al lado del ring, me puse en cuclillas apoyando mis
brazos sobre sus rodillas.
-Hola, ¿te puedo pedir un favor?- le dije con una gran
sonrisa que hizo que dejara de entrenar de golpe.
-Claro Susy, dime, ¿hoy no saldrá a entrenar Laura
contigo?- dijo balbuceando.
Acariciándole un poco la rodilla, pasando mis dedos por
ella le dije –Sí, pero queremos hacer un pequeño combate y quiero que alguien
mire el tiempo, toque la campanita y puntué.
-Aaah, bueno vale, no sé si puntuaré muy bien… pero
bueno.
Salté a la lona ilusionada y me apoyé sobre uno de los
postes esperando a que mi contrincante saliera, mientras tanto me recogí el
pelo en una única cola con una de las gomas que solía llevar en mis muñecas.
Estaba tremendamente nerviosa, no podía parar de dar saltitos sin moverme del
sitio.
Laura al fin abrió la puerta, vestía unos leggins blancos
metidos dentro de las botas de boxeo, y una camiseta de tirantes, con el escote
redondo y muy ajustada con un sujetador deportivo debajo que evitaba que se le
movieran las tetas de lado a lado como solían hacer, Laura ya llevaba la cola
hecha por eso tardó un poco más.
En cuanto la vi la saludé, se dirigió hacia mí y desde el
suelo me preguntó –¿Vamos a boxear hoy?¿Y no nos ponemos casco?¿Y..?
-Anda sube, sin casco que tú apenas me tocaras y yo a ti menos.
Laura subió por las escaleras anejas mientras se quejaba
–No me dejes ganar por ser tu novia- mientras se reía al ver la reacción de los
chicos. Algunos habían decidido dejar de entrenar y tomarse un descanso,
casualmente sentados alrededor del ring, solo les faltaban las palomitas.
Acorralé a Laura en su esquina poniendo las dos manos en
las cuerdas -¿Cuatro asaltos de 2 minutos, y descanso de 1 minuto?
-¿Vamos a acabar en 12 minutos?- dijo Laura extrañada
esperándose un combate más largo.
-¿Quieres descansar más?- le pregunté riéndome y pasando
un dedo por su nariz con actitud burlona.
-No tonta…
-O quieres que acabemos en un minuto…
-No seas bestia- me dijo con carita de pena, aunque mi
intención era ser misericordiosa con ella, esa carita me tentaba a excederme un
poquito.
-Tranquila- le dije marchando hacia mi esquina –y pídele
a este chico que te apriete bien este guante.
Laura se agachó dándole pasando el brazo entre las
cuerdas.
El chaval nervioso le sujetó la mano desabrochando el guante
y apretándoselo, mientras la miraba y apartaba la vista de sus pechos, inquieto
–Por… por cierto me llamo Alejandro.
-Aaah vale- dijo Laura sin dejar de mirarme, en cuanto
estuvo aparto la mano y se fue a su esquina.
Cuando estuvimos las dos en nuestro lado Alejandro hizo
sonar la campana, rápidamente avancé hasta la mitad de la lona alzando los
puños sin avanzar más. Cuando Laura se acercó, mirándose los pies a ver si lo
había puesto bien, lancé un suave golpe a su costado
–Laura mírame a mí que si no fuera porque me encanta
besarte ya te habría partido los labios.
Laura se echó para atrás rápida, tanto que casi se
tropieza y cae. Alzó los puños e intentó de nuevo acercarse, esta vez más lenta
vigilando cada paso que daba, mientras yo la esperaba quieta. Laura lanzó un
golpe directo a mi vientre aunque dudó bastante, no fue difícil de esquivar y
aproveché ese momento para volver a golpearla, esta vez en más arriba pero con
cuidado de no golpearle en sus pechos.
Laura intentó ganarme terreno fintando y dando grandes
pasos hacia delante, aunque por su mayor estatura podía intimidarme no le había
enseñado a fintar lo suficientemente bien, así que no consiguió ganar ni un
centímetro.
Laura empezó a rodearme dando pequeños saltitos y
resoplando, dando algún que otro salto hacia delante pero volviendo a recular
al instante.
-Laura el tiempo…- le dije mientras me reía al ver que no
me había tocado en todo el asalto.
Y así fue, a los pocos segundos Alejandro hizo sonar la campana.
Laura se paró en seco y se fue a su rincón, yo la seguí sonriendo y en cuanto
se sentó le levanté la cara y le dije:
-Creo que este asalto lo gané yo, en el próximo intenta
tocarme y vigila con los pies al tirar para atrás que acabaras con el culo en
el suelo.
Laura me escuchaba atenta respirando algo cansada.
-E intenta darme en la cara, que te será más fácil que
bajar tanto.
Me fui a mi rincón y me senté esperé que pasara el
tiempo, charlando con los chicos que nos miraban incluso algunos me felicitaron
por enseñar a boxear a Laura, algo que su ex novio nunca consiguió.
El segundo asalto empezó y avancé con tranquilidad dejando
que Laura se pusiera en medio, esta vez empezó a golpear con más velocidad a la
altura de mi pecho y tratando de esquivarlos logró alcanzarme en el hombro, me
sorprendió, pero me reincorporé enseguida para dar un contragolpe justo en su
estomago, me agobié un poco y me pasé, creo que le hice bastante daño pero
también gané espació.
Laura se inclino hacia delante poniendo una mano sobre su
tripa, yo tuve que reprimir el impulso de lanzar un gancho contra su barbilla.
Laura no se atrevió a atacarme directamente en el resto del asalto.
Cuando el asalto acabó se fue corriendo a su esquina y se
sentó pidiéndole a uno de los chicos un poco de agua.
Me acerque y pregunté tímida –Te he dado demasiado
fuerte, ¿no?
Laura solo asintió un poco.
-Bueno, ya solo te quedan dos, a no ser que lances la
toalla.
-Si aún te ganaré… -dijo con una sonrisa iluminando su
cara.
Me alejé y me senté estirando un poco sin dejar de mirar
a Laura, por mucho que la mirase nunca me cansaría, aun sudada, cansada y a lo
lejos me parecía preciosa. Me deleitaba viendo a Laura levantando y bajando la
camiseta para darse aire, dejando ver su abdomen sudadito, de pronto sonó la
campana otra vez.
Avancé veloz para no volver a caer en el mismo error que
en el anterior, empecé a golpearla en el abdomen, costado y fui subiendo hasta
golpear sus pechos una sola vez.
Laura no podía defenderse y atacar a la vez, como mucho
lanzaba algún contra golpe torpe y mal dirigido, uno de estos casi llega a
darme en toda la cara, parecía que los diera a ciegas, y era bastante difícil
adivinar a donde te daría.
El asalto se me hizo largo, no paré de golpearla, sin
mucha fuerza pero me cansé bastante.
Al terminar este asalto le di una palmadita en el culo a
Laura mientras se marchaba a su esquina, estaba más que agotada, en cambio yo
estaba más fresca aunque me empezaba a notar algo cansada.
Para el cuarto asalto Laura vino con bastante desgana,
lanzó unos golpes directos a la cara, bastante previsibles y fáciles de
esquivar, le dejé atacarme reculando poco a poco, dejando correr el tiempo. Sin
dejar de sonreír cada vez que me esquivaba un golpe, incluso cuando logró
alcanzarme en la zona del hígado.
El tiempo fue pasando y podía ver como el combate se iba
a terminar sin que Laura hubiera dado lo mejor de sí, además no la veía con
muchos ánimos como para hacer un par de asaltos más. Decidí darle al combate el
final que se merecía. Lancé un jab (golpe flojo dirigido a la cara) directo a
la cara de Laura esperando que se apartara, para seguir la serie de golpes, la
pillé por banda empezando a golpearle en las costillas con la mano derecha, los
golpes fueron rápidos, uno seguido del otro, sin alejarme de ella. Todos los
golpes los dirigí al estomago o a las costillas, con intención de no lastimarla
mucho.
Laura recibió los golpes cubriéndose como pudo, reculando
pero sin poder librarse de mí.
El tiempo paró y dejé de golpearla y le di un fuerte
abrazo.
-Aaaay mi perdedora.- le dije besándole en el cuello.
-Au, au.-susurraba mientras la achuchaba.
Los chicos empezaron a aplaudir riéndose, mientras nos
decían cosas, algunas más subidas de tono que otras, aunque yo seguía sin
separarme de Laura, yo ni si quiera me quité los guantes pero a ella le falto
tiempo para lanzarlos a la lona.
-Has luchado muy bien…
-Bueno, me has dejado hecha polvo en un momento…- dijo
Laura acariciándome la cabeza con cariño bajando su delicada mano hasta mi
espalda y enredándola en mi melena, mientras me apretaba más contra ella para
que siguiera besándole el cuello.
Me separé de Laura poniéndome de puntitas para darle un
cariñoso beso en los labios, cogiéndola con ambas manos de la cintura, tras un
largo beso le di la mano para que me ayudara a quitar los guantes, luego nos
bajamos del ring.
Seguimos nuestra rutina de ejercicios como cada día, solo
que más corta y con más descansos los cuales Laura aprovechaba para tumbarse en
el suelo o en cualquier lado agotada, en cambio yo calentaba un poco o me iba a
hablar con los compañeros.
Alejandro junto a
un chico algo más joven vinieron en uno de esos descansos.
-Susy, has luchado muy bien- me dijo Alejandro.
-Sí, además Laura es algo más grande que tú, me imagino
lo que le podrías haber hecho a una chica de
tu peso, deberías pensar en luchar de forma profesional.
-Gracias me halagáis mucho- dije con cierto tono de
soberbia- ya sé que soy buena pero no quiero competir, ahora estoy muy bien
como estoy.
-Búa pues yo pagaría encantado por verte pelearte con
otra chica-dijo el amigo de Alejandro, mientras este asentía con la cabeza.
Les puse una sonrisa forzada y me dirigí a Laura –¿Sigues
viva cielo?
Laura entre jadeos y resoplos dijo –Sí… ¿quieres
seguir?... ahora me levanto.
-Anda vamos a la ducha, o recogemos rápido y nos duchamos
en casa.
-En casa, así mientras te duchas yo me estiro un rato-
dijo incorporándose muy lentamente.
-Anda ves levantando que ya cojo tus cosas, te me estás
haciendo vieja Laura.
Pillé nuestra ropa y nuestras bolsas del vestuario, cuando
salí vi a Laura apoyada en la pared esperándome. Nos despedimos de todos
gritando “adiós” mientras nos íbamos por la puerta. Fuimos algo más lentas de
lo normal, por el camino fuimos hablando.
-¿Estás cansada porque has hecho ejercicio, o es que te
duele donde te he dado?
-Un poquito de todo, pero mañana me recupero.
-¡De eso nada que hoy nos toca sesión doble de trabajo!-
dije en broma, aunque Laura se lo tomó muy en serio.
La cara de Laura cambio por completo –Pero… si….
-Tranquila mujer, con lo bien que te has portado hoy
mereces un día libre jaja.
-Pues sí…- dijo con cara de morritos.
-Te voy a dar un beso en cada sitio en el que te haya
golpeado, y luego te enseñaré como se da un masaje para que puedas dármelos tú
a mí algún día.
Laura me agarró la cintura apoyándose un poco en mí
mientras llegábamos a casa.
Nada más llegar Laura se tumbó en el sofá. –¡Laura! Ves
para la cama
Laura se levantó y poco a poco se fue hasta la cama donde
se tumbó boca arriba.
Cogí de la bolsa un aceite de coco/bronceador que Laura
solía usar y me subí de rodillas a la cama junto a Laura: -¿Cómo te voy a dar
el masaje boca arriba?
-Me dijiste que me daría un beso en cada sitio que me
golpeaste…-decía con una sonrisa y levantándose la camiseta. Una vez se había
quitado la camiseta y el sujetador, pude ver las marcas de mis pequeños puños
en su piel, no era nada del otro mundo pero ella no estaba acostumbrada.
-Bueno, empezaré por aquí…- le dije inclinándome para
besarle el abdomen.
No fueron besos cortos, pero tampoco me recreaba en ello.
Fui avanzando, subiendo poco a poco, notando como a cada beso que daba Laura
soltaba el aire y se relajaba, cada vez más arriba, cada vez más cerca de sus
bonitos y grandes pechos. Le levantaba los brazos para poder meter mi cabeza
bien para poder besar sus costillas, pero cuando llegué a los pechos le di un
casto beso en la base de uno de ellos y me detuve.
-Más arriba mis guantes ya no te han tocado…
-Bueno pero podrías besarme igual, ¿no?
-Mira guapa, que te doy la mano y me coges el brazo hasta
el hombro, anda date la vuelta- le dije dándole golpecitos para que se girara.
Laura se giró y empezó a bajarse los leggins.
-Para, para, para, ¿qué haces?
-Me has dado antes en el culo, me lo tienes que besar.
-Como te voy a pegar en el culo… a sí, pero eso no ha
sido un golpe.
-Me lo has de besar, me lo has prometido… dijo
manteniendo sus manos en los leggins para evitar que se volvieran a subir.
Me volví a inclinar separándole un poco las piernas
–¿Aquí?- pregunté tocándole con el dedo índice la parte baja de su nalga
derecha.
-Sí- susurro con su cara en la almohada
Le di un cálido y dulce beso pegando mis labios a su
culo, y en cuanto se relajó hinqué con fuerza mis dientes, sujetándole el culo
con ambas manos para que no se me marchara. Laura se retorció arqueando la
espalda y tratando de escapar, pero la tenía bastante bien cogida.
–Aaaahhhh-gritaba pero poco a poco se iba ahogando su grito entre la almohada.
En cuanto me separé pase mi lengua por la marca que le
acababa de dejar, recogiendo los restos de saliva que había dejado –Mañana
entrenaras con esos shorts tan monos que te dejan medio culo fuera, para que
todos te vean que alguien te mordió el culo.
-Sí Ama- dijo recordando su posición- ¿me darás el
masaje?
-Claro-dije sentándome a horcajadas sobre su gran culo.
Dejé caer un chorrito de aceite sobre su espalda, ella se
tensó al notar el aceite y su piel empezó a erizarse, pero en cuanto mis
cálidas manos se apoyaron sobre su espalda se relajó. Le masajee los hombros y
la espalda pero cada vez me lanzaba mas sobre ella, así que decidí quitarme
también la parte de arriba.
Laura vio como lanzaba mi top y se giró –Que guapa estas
así- dijo sin apartar su mirada de mis pechos.
-Anda túmbate bien, que es para no manchar el top- le
dije haciéndola girarse de nuevo y apartando su cola para poderla masajear en
el cuello.
Cada vez que pasaba mis manos por sus hombros dejaba caer
más mi cuerpo sobre su cuerpo, notando el roce de mi coño sobre sus nalgas
hasta que me dejé caer sobre su espalda llena de aceite. Mientras le besaba el
cuello el olor a coco me embriagaba, pasaba mi mano por sus hombros, bajando
por sus axilas y llegando a embadurnar de aceite el borde de sus pechos. Agarré
firmemente sus dos pechos y le susurré al oído
–Madre mío que cuerpo que tienes.
Empecé a moverme sobre ella, apretando mis pechos contra
su espalda y sin dejar de soltar los suyos, me molestaba el pantalón que ya
estaba lleno de aceite, me lo quité junto al culotte y solté una de las tetas
de Laura para empezar a acariciarme el coño.
-Sí que estas cachonda Ama-decía Laura sin apenas
moverse.
-Umm si gírate- le ordené dándole un azote en el culo y
sin levantarme.
Laura como pudo se dio la vuelta, en todo momento mi
cuerpo estuvo en contacto con el suyo consiguiendo así llenar de aceite
nuestros pechos y todas las sabanas también. Cogí los pechos de Laura y me dejé
caer sobre ellos apretando sus pezones contra los míos. Laura me miraba
extrañada, mientras yo gozaba como nunca antes. Tras un rato de frotarme como
una perra en celo contra Laura y acariciarme el coño, grité:
-Voy a por el strap- y sin más explicaciones me levanté y
me fui a por él.
-Susy estoy muy cansada…
Ni si quiera la escuché, volví rápida y le coloqué el
strap a Laura, le sorprendió un poco. –Tranquila a penas tendrás que moverte.
Me puse de nuevo a horcajadas pero con la punta del strap
rozando mis labios vaginales, que ya relucían empapados de mis flujos mezclados
con el aceite. No me costó nada dejarme caer y penetrarme entera, me sujeté en
los hombros de Laura y empecé a montarla con tantas ganas que la cama se movía
a mi ritmo. Laura jadeaba cada vez que dejaba caer todo mi peso sobre su
pelvis.
Me separé y arqueando la espalda me apoye en sus muslos
sin dejar de penetrarme en todo el rato, me movía inquieta, no encontraba la
pose ideal, llevaba mucho tiempo sin excitarme así y ese día quería correrme a
lo grande.
Finalmente me puse de nuevo inclinada hacia delante pero
magreando los pechos de Laura, y haciendo un esfuerzo le dije –Dime cosas
sucias.
Laura se quedó parada, era la primera vez que veía esa
faceta mía pero como buena sumisa no iba a defraudarme…
-Soy tu sumisa sucia…- dijo dudando.
-¡Ya sé que eres mi putita guarra, pero quiero que me
digas cosas sucias a mí!- le grité.
-¡Trota puta!-dijo decidida
-Eso es…
-…eeemmm…- Laura se quedó en blanco.
Le retorcí con fuerza un pezón, aun que se acabó
escurriendo entre mis dedos.
-Zorra, mala puta, aaah, eres una sucia puta- Laura me
gritaba guarradas mientras se le caía una lagrima de dolor.
Laura se movía un poco ayudándome a montarla, mientras
por su boca no paraban de salir palabras malsonante que solo conseguían
excitarme más y más, aun siendo ella la que me estaba insultando y la que
llevaba el strap seguía sintiéndose dominada.
-¡¿Vas a correrte ya niñata?-me preguntó dándome un suave
y tímido cachete en el culo.
-Estoy a puntito Laura- jadee.
-Así me gusta, buena perra- decía ayudándome a montarla,
con sus manos en mis nalgas levantándome y bajándome.
En cuanto llegué al orgasmo solté un alarido tan fuerte
que creo que se escuchó hasta en la casa del otro lado de la acera, me quedé
completamente inmóvil con las manos en los pechos de Laura y la espalda
arqueada, mientras Laura siguió moviéndose poco a poco debajo de mi,
consiguiendo alargar mi orgasmo.
En cuanto este llegó a su fin me dejé caer sobre el pecho
de Laura.
-Ouu, Susy –renegó al dejarme caer sin avisar- nunca te
había visto así de, bueno así de puta.
-Es que llevaba un tiempo sin llegar a excitarme como me
he excitado hoy, además este cuerpo que tienes…
-No sabía que eras de las que le gusta hablar sucio.
-La que has hablado sucio has sido tú, voy a tener que
lavarte la boca con jabón.
-Porque me lo has pedido tú…
-Y muy bien lo has hecho- concluí besándole en los labios
dulcemente.
Dejamos la cama y la ropa hecha un desastre, pero yo
había gozado como pocas veces antes.
Desde ese día cada vez que nos peleábamos en el ring yo
acababa cachonda perdida y nos lo pasábamos en grande, no como ese día pues
Laura se acabó acostumbrando a los combates y ya no llegaba tan agotada a casa
y podíamos jugar a más cosas.
Los combates fueron ganando nivel incluso algunos
“espectadores” empezaron a apostar a favor de Laura que nunca consiguió
ganarme, pero eso demostraba que Laura empezaba a tener dominada la técnica y
claramente su mayor altura y peso le servían de algo, algunos combates me
confié demasiado y empecé a temer por recibir algún golpe muy fuerte.
Estos combates pasaron de 4 asaltos a 6, de 2 minutos a 3
y poco a poco nos fuimos acercando mas al “La primera que caiga pierde” aunque
aun nos faltaba un poco para llegar a ese extremo cuando un día tras un combate
y una larga ducha, sin sexo en las duchas, pero larga para poder relajar los
músculos y limpiarnos bien se nos acercó un hombre de unos cincuenta y largos
al salir del gimnasio.
-Hola chicas, sois Laura y Susy, ¿cierto?
-Si así es- dije yo pensando que era otro fan que quería
recomendarnos ser profesionales o simplemente decirnos que éramos lo más.
Aunque no parecía el típico hombre que practicase boxeo,
era algo más alto que Laura, con bastante tripa que asomaba por encima de los
pantalones tejanos y que esa camisa hortera de cuadros parecía que no sería
capaz de contener. Aunque no tuviera muy buen gusto vestía de marca, con un
señor cinturón de cuero con una hebilla brillante. Pelo corto con entradas
bastante marcadas aunque trataba de disimularlas con un peinado “creativo”.
-Quería proponeros un trabajo, un buen trabajo…- dijo
sacando un puro del bolsillo de su camisa y pasándolo por sus manos mientras
arrancaba la punta y lo encendía.
-Miré…”señor”…nos ganamos la vida muy bien con nuestras
cosas y no queremos boxear- dije ya harta de escuchar siempre la misma canción.
-Mira Laura, porque no hablamos esto en un sitio más
tranquilo, tengo el coche aparcado dos calles más abajo, os invito a una copa y
os digo en qué consiste el trabajito.
-Soy Susana, ella es Laura y no creo que nos interese.
-Ni por… digamos… 4000 euros al mes… más o menos, cada
una claro.
A Laura y a mí nos cambio la cara al instante.
-Me parece que no nos hemos entendido bien, podemos
hablarlo más tranquilamente pero antes déjeme asegurarme que no nos ha
confundido con unas putas o algo peor.
-No, solo os quiero para que os peleéis, este local está
lleno solo para veros como os dais la una a la otra, mi oferta es más o menos
algo parecido, además soy bastante flexible pero claro depende de lo que hagáis
cobrareis más o menos…
Seguimos a este peculiar hombre hasta donde dijo
que tenía el coche, hasta que se detuvo en un gigantesco hummer H2 color amarillo con un logotipo impreso en la puerta
mostrando a una mujer sobre una pica, nos abrió la puerta de atrás y pasamos
Laura, él y yo. Le hizo un gesto al chófer y este se puso rumbo a lo desconocido
Búaa ya veréis lo que pasa en el 7º la proposición
indecente (película) es poca cosa, aquí habrá sexo HETEROSEXUAL a tutiplén,
palabra de boxeadora :D
Interesante relato, y se agradece lo del sexo heterosexual que avisas, porque al igual que a ti, empieza a hacerse monótono. Ánimo!!!
ResponderEliminarme ha encantado :) yo pensaba que no te gustaban los chicos guapa :O tengo muchas ganas de saber como acaba tu historia un besazo morena
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este ultimo capitulo a pesar de ser un poco mas ligth que como nos tienes acostumbrado , la pelea me a gustado mucho , la chuleria de susy hacia laura , y el afan de laura por querer ganar a susy , y el polvo final a estado muy chulo , sigue asi!! espero con ansia el proximo capitulo e intentare leerlo puntual ya que este me pillo de vacaciones cuando lo publicaste , un saludo!!
ResponderEliminarA mí también me pilló de vacaciones, no sabes lo complicado que es publicar desde un lugar perdido de la mano de dios haciendo piruetas para poder conseguir un poquito de cobertura de datos.
EliminarEl siguiente capítulo aun no lo he empezado jeje, ¡estamos de vacas!! ¿o no? A ver si mañana me pongo.
Aprovecho y mando un beso a Jimmy y a Raquel, que luego me flipo viendo que tengo ciento y pico comentarios y en realidad la mitad son míos de contestaros jaja :3
PD: Tengo pendiente de colgar un dibujo que me ha hecho un admirador secreto, creo que lo voy a poner ahora mismito,
Me encantan tus relatos susy, de las mejores relatadoras que he leido siempre. Solo te pongo un pero, y no es algo directamente relacionado con los relatos, sino con el tiempo entre relato y relato. Se que para que los hagas de la calidad que los haces y lo largo que los haces se requiere un tiempo, pero si fuera menos tiempo entre uno y otro seria la leche. De todas maneras lo que te he dicho, sigue relatando asi que se te da de lujo. Un beso!
ResponderEliminarEste lo acabé ayer, y no es porque se tarde un mes en escribir esto, si no que me pongo, lo dejo a medias, dibujo, luego me voy de vacas, en época de clases las clases el curro etc. con un mes me aseguro que tengo tiempo para escribirlo
Eliminar