miércoles, 13 de agosto de 2014

Capítulo 6

A la mañana siguiente fuimos a entrenar al gimnasio, nada especial como mucho nos dedicamos a besarnos delante de los otros púgiles o provocarles un poco con poses sugerentes. Entrenábamos mañana y tarde aunque de vez en cuando nos saltábamos una de esas sesiones para poder ganarnos la vida, es decir hacíamos shows por cam. De vez en cuando rompíamos la rutina saliendo a cenar o a tomar algo, o eso creíamos ya que hasta eso empezó a aburrirnos, cada viernes íbamos al mismo sitio.
Con el tiempo acabamos haciéndonos amigas de una pareja, Cristian y Sara, de 34 y 31 años, pero como decía solo tomábamos algo cada viernes, a la misma hora, hablando de lo mismo y contándoles cada noche las mismas mentiras. Claro no les diríamos que nos ganábamos la vida follando delante de una cámara, o que Juan se tuvo que ir de casa porque yo era demasiado dominante para él, o que habíamos dominado a una mujer por dinero y que a ambas nos encantó.
No digo que no me llevara bien con ellos, ni que Laura ya no me atrajera pero ya habíamos hecho muchas cosas a nivel de cama y su actitud tan sumisa empezaba ya a aburrirme.
Pero todo cambio cuando vi que Laura ya estaba preparada para entrenar de verdad.
Laura y yo fuimos al gimnasio, como cada día, andando sin prisa cada una pensando en sus cosas, Laura ya ni preguntaba que iba a hacer hoy, pues ya daba por hecho que haríamos lo mismo que los otros días. En el fondo yo estaba muy emocionada, llevaba esperando este día desde que Laura me sorprendió gastando su único deseo en pedirme que le enseñara a boxear, yo ya lo tenía todo preparado.
Al entrar por la puerta agarré de la muñeca a Laura y la remolqué hasta los vestuarios.
-Pero Susy… -decía Laura mientras la pasaba por medio de la sala llena de gente.
Entramos a los vestuarios y lanzando mi bolsa sobre los bancos dije -Sssh, métete en las duchas y hasta que no te diga nada no salgas, ¿vale?
A Laura no le dio tiempo a contestar pues yo misma la empujé a las duchas.
Me cambié rápida, me puse un top deportivo ajustado de color azul claro, y unos bóxers azul eléctrico muy cortos pero holgados con un culotte blanquito muy cómodo, me calcé mis viejas botas de boxeo azules y preparé los guantes, también azules.
Saqué también de mi bolsa unos guantes rosa para ella, y unas botas rosas también que compré por internet, a Laura le quedaba muy bien el color rosa además tenía cierta predilección por él. Antes de salir del vestuario grité –¡Ya!
Cerré la puerta de golpe y me fui hacia uno de los chicos que estaba haciendo pesas al lado del ring, me puse en cuclillas apoyando mis brazos sobre sus rodillas.
-Hola, ¿te puedo pedir un favor?- le dije con una gran sonrisa que hizo que dejara de entrenar de golpe.
-Claro Susy, dime, ¿hoy no saldrá a entrenar Laura contigo?- dijo balbuceando.
Acariciándole un poco la rodilla, pasando mis dedos por ella le dije –Sí, pero queremos hacer un pequeño combate y quiero que alguien mire el tiempo, toque la campanita y puntué.
-Aaah, bueno vale, no sé si puntuaré muy bien… pero bueno.
Salté a la lona ilusionada y me apoyé sobre uno de los postes esperando a que mi contrincante saliera, mientras tanto me recogí el pelo en una única cola con una de las gomas que solía llevar en mis muñecas. Estaba tremendamente nerviosa, no podía parar de dar saltitos sin moverme del sitio.
Laura al fin abrió la puerta, vestía unos leggins blancos metidos dentro de las botas de boxeo, y una camiseta de tirantes, con el escote redondo y muy ajustada con un sujetador deportivo debajo que evitaba que se le movieran las tetas de lado a lado como solían hacer, Laura ya llevaba la cola hecha por eso tardó un poco más.
En cuanto la vi la saludé, se dirigió hacia mí y desde el suelo me preguntó –¿Vamos a boxear hoy?¿Y no nos ponemos casco?¿Y..?
-Anda sube, sin casco que tú apenas me tocaras y yo a ti menos.
Laura subió por las escaleras anejas mientras se quejaba –No me dejes ganar por ser tu novia- mientras se reía al ver la reacción de los chicos. Algunos habían decidido dejar de entrenar y tomarse un descanso, casualmente sentados alrededor del ring, solo les faltaban las palomitas.
Acorralé a Laura en su esquina poniendo las dos manos en las cuerdas -¿Cuatro asaltos de 2 minutos, y descanso de 1 minuto?
-¿Vamos a acabar en 12 minutos?- dijo Laura extrañada esperándose un combate más largo.
-¿Quieres descansar más?- le pregunté riéndome y pasando un dedo por su nariz con actitud burlona.
-No tonta…
-O quieres que acabemos en un minuto…
-No seas bestia- me dijo con carita de pena, aunque mi intención era ser misericordiosa con ella, esa carita me tentaba a excederme un poquito.
-Tranquila- le dije marchando hacia mi esquina –y pídele a este chico que te apriete bien este guante.
Laura se agachó dándole pasando el brazo entre las cuerdas.
El chaval nervioso le sujetó la mano desabrochando el guante y apretándoselo, mientras la miraba y apartaba la vista de sus pechos, inquieto –Por… por cierto me llamo Alejandro.
-Aaah vale- dijo Laura sin dejar de mirarme, en cuanto estuvo aparto la mano y se fue a su esquina.
Cuando estuvimos las dos en nuestro lado Alejandro hizo sonar la campana, rápidamente avancé hasta la mitad de la lona alzando los puños sin avanzar más. Cuando Laura se acercó, mirándose los pies a ver si lo había puesto bien, lancé un suave golpe a su costado
–Laura mírame a mí que si no fuera porque me encanta besarte ya te habría partido los labios.
Laura se echó para atrás rápida, tanto que casi se tropieza y cae. Alzó los puños e intentó de nuevo acercarse, esta vez más lenta vigilando cada paso que daba, mientras yo la esperaba quieta. Laura lanzó un golpe directo a mi vientre aunque dudó bastante, no fue difícil de esquivar y aproveché ese momento para volver a golpearla, esta vez en más arriba pero con cuidado de no golpearle en sus pechos.
Laura intentó ganarme terreno fintando y dando grandes pasos hacia delante, aunque por su mayor estatura podía intimidarme no le había enseñado a fintar lo suficientemente bien, así que no consiguió ganar ni un centímetro.
Laura empezó a rodearme dando pequeños saltitos y resoplando, dando algún que otro salto hacia delante pero volviendo a recular al instante.
-Laura el tiempo…- le dije mientras me reía al ver que no me había tocado en todo el asalto.
Y así fue, a los pocos segundos Alejandro hizo sonar la campana. Laura se paró en seco y se fue a su rincón, yo la seguí sonriendo y en cuanto se sentó le levanté la cara y le dije:
-Creo que este asalto lo gané yo, en el próximo intenta tocarme y vigila con los pies al tirar para atrás que acabaras con el culo en el suelo.
Laura me escuchaba atenta respirando algo cansada.
-E intenta darme en la cara, que te será más fácil que bajar tanto.
Me fui a mi rincón y me senté esperé que pasara el tiempo, charlando con los chicos que nos miraban incluso algunos me felicitaron por enseñar a boxear a Laura, algo que su ex novio nunca consiguió.
El segundo asalto empezó y avancé con tranquilidad dejando que Laura se pusiera en medio, esta vez empezó a golpear con más velocidad a la altura de mi pecho y tratando de esquivarlos logró alcanzarme en el hombro, me sorprendió, pero me reincorporé enseguida para dar un contragolpe justo en su estomago, me agobié un poco y me pasé, creo que le hice bastante daño pero también gané espació.
Laura se inclino hacia delante poniendo una mano sobre su tripa, yo tuve que reprimir el impulso de lanzar un gancho contra su barbilla. Laura no se atrevió a atacarme directamente en el resto del asalto.
Cuando el asalto acabó se fue corriendo a su esquina y se sentó pidiéndole a uno de los chicos un poco de agua.
Me acerque y pregunté tímida –Te he dado demasiado fuerte, ¿no?
Laura solo asintió un poco.
-Bueno, ya solo te quedan dos, a no ser que lances la toalla.
-Si aún te ganaré… -dijo con una sonrisa iluminando su cara.
Me alejé y me senté estirando un poco sin dejar de mirar a Laura, por mucho que la mirase nunca me cansaría, aun sudada, cansada y a lo lejos me parecía preciosa. Me deleitaba viendo a Laura levantando y bajando la camiseta para darse aire, dejando ver su abdomen sudadito, de pronto sonó la campana otra vez.
Avancé veloz para no volver a caer en el mismo error que en el anterior, empecé a golpearla en el abdomen, costado y fui subiendo hasta golpear sus pechos una sola vez.
Laura no podía defenderse y atacar a la vez, como mucho lanzaba algún contra golpe torpe y mal dirigido, uno de estos casi llega a darme en toda la cara, parecía que los diera a ciegas, y era bastante difícil adivinar a donde te daría.
El asalto se me hizo largo, no paré de golpearla, sin mucha fuerza pero me cansé bastante.
Al terminar este asalto le di una palmadita en el culo a Laura mientras se marchaba a su esquina, estaba más que agotada, en cambio yo estaba más fresca aunque me empezaba a notar algo cansada.
Para el cuarto asalto Laura vino con bastante desgana, lanzó unos golpes directos a la cara, bastante previsibles y fáciles de esquivar, le dejé atacarme reculando poco a poco, dejando correr el tiempo. Sin dejar de sonreír cada vez que me esquivaba un golpe, incluso cuando logró alcanzarme en la zona del hígado.
El tiempo fue pasando y podía ver como el combate se iba a terminar sin que Laura hubiera dado lo mejor de sí, además no la veía con muchos ánimos como para hacer un par de asaltos más. Decidí darle al combate el final que se merecía. Lancé un jab (golpe flojo dirigido a la cara) directo a la cara de Laura esperando que se apartara, para seguir la serie de golpes, la pillé por banda empezando a golpearle en las costillas con la mano derecha, los golpes fueron rápidos, uno seguido del otro, sin alejarme de ella. Todos los golpes los dirigí al estomago o a las costillas, con intención de no lastimarla mucho.
Laura recibió los golpes cubriéndose como pudo, reculando pero sin poder librarse de mí.
El tiempo paró y dejé de golpearla y le di un fuerte abrazo.
-Aaaay mi perdedora.- le dije besándole en el cuello.
-Au, au.-susurraba mientras la achuchaba.
Los chicos empezaron a aplaudir riéndose, mientras nos decían cosas, algunas más subidas de tono que otras, aunque yo seguía sin separarme de Laura, yo ni si quiera me quité los guantes pero a ella le falto tiempo para lanzarlos a la lona.
-Has luchado muy bien…
-Bueno, me has dejado hecha polvo en un momento…- dijo Laura acariciándome la cabeza con cariño bajando su delicada mano hasta mi espalda y enredándola en mi melena, mientras me apretaba más contra ella para que siguiera besándole el cuello.
Me separé de Laura poniéndome de puntitas para darle un cariñoso beso en los labios, cogiéndola con ambas manos de la cintura, tras un largo beso le di la mano para que me ayudara a quitar los guantes, luego nos bajamos del ring.
Seguimos nuestra rutina de ejercicios como cada día, solo que más corta y con más descansos los cuales Laura aprovechaba para tumbarse en el suelo o en cualquier lado agotada, en cambio yo calentaba un poco o me iba a hablar con los compañeros.
 Alejandro junto a un chico algo más joven vinieron en uno de esos descansos.
-Susy, has luchado muy bien- me dijo Alejandro.
-Sí, además Laura es algo más grande que tú, me imagino lo que le podrías haber hecho a una chica de  tu peso, deberías pensar en luchar de forma profesional.
-Gracias me halagáis mucho- dije con cierto tono de soberbia- ya sé que soy buena pero no quiero competir, ahora estoy muy bien como estoy.
-Búa pues yo pagaría encantado por verte pelearte con otra chica-dijo el amigo de Alejandro, mientras este asentía con la cabeza.
Les puse una sonrisa forzada y me dirigí a Laura –¿Sigues viva cielo?
Laura entre jadeos y resoplos dijo –Sí… ¿quieres seguir?... ahora me levanto.
-Anda vamos a la ducha, o recogemos rápido y nos duchamos en casa.
-En casa, así mientras te duchas yo me estiro un rato- dijo incorporándose muy lentamente.
-Anda ves levantando que ya cojo tus cosas, te me estás haciendo vieja Laura.
Pillé nuestra ropa y nuestras bolsas del vestuario, cuando salí vi a Laura apoyada en la pared esperándome. Nos despedimos de todos gritando “adiós” mientras nos íbamos por la puerta. Fuimos algo más lentas de lo normal, por el camino fuimos hablando.
-¿Estás cansada porque has hecho ejercicio, o es que te duele donde te he dado?
-Un poquito de todo, pero mañana me recupero.
-¡De eso nada que hoy nos toca sesión doble de trabajo!- dije en broma, aunque Laura se lo tomó muy en serio.
La cara de Laura cambio por completo –Pero… si….
-Tranquila mujer, con lo bien que te has portado hoy mereces un día libre jaja.
-Pues sí…- dijo con cara de morritos.
-Te voy a dar un beso en cada sitio en el que te haya golpeado, y luego te enseñaré como se da un masaje para que puedas dármelos tú a mí algún día.
Laura me agarró la cintura apoyándose un poco en mí mientras llegábamos a casa.
Nada más llegar Laura se tumbó en el sofá. –¡Laura! Ves para la cama
Laura se levantó y poco a poco se fue hasta la cama donde se tumbó boca arriba.
Cogí de la bolsa un aceite de coco/bronceador que Laura solía usar y me subí de rodillas a la cama junto a Laura: -¿Cómo te voy a dar el masaje boca arriba?
-Me dijiste que me daría un beso en cada sitio que me golpeaste…-decía con una sonrisa y levantándose la camiseta. Una vez se había quitado la camiseta y el sujetador, pude ver las marcas de mis pequeños puños en su piel, no era nada del otro mundo pero ella no estaba acostumbrada.
-Bueno, empezaré por aquí…- le dije inclinándome para besarle el abdomen.
No fueron besos cortos, pero tampoco me recreaba en ello. Fui avanzando, subiendo poco a poco, notando como a cada beso que daba Laura soltaba el aire y se relajaba, cada vez más arriba, cada vez más cerca de sus bonitos y grandes pechos. Le levantaba los brazos para poder meter mi cabeza bien para poder besar sus costillas, pero cuando llegué a los pechos le di un casto beso en la base de uno de ellos y me detuve.
-Más arriba mis guantes ya no te han tocado…
-Bueno pero podrías besarme igual, ¿no?
-Mira guapa, que te doy la mano y me coges el brazo hasta el hombro, anda date la vuelta- le dije dándole golpecitos para que se girara.
Laura se giró y empezó a bajarse los leggins.
-Para, para, para, ¿qué haces?
-Me has dado antes en el culo, me lo tienes que besar.
-Como te voy a pegar en el culo… a sí, pero eso no ha sido un golpe.
-Me lo has de besar, me lo has prometido… dijo manteniendo sus manos en los leggins para evitar que se volvieran a subir.
Me volví a inclinar separándole un poco las piernas –¿Aquí?- pregunté tocándole con el dedo índice la parte baja de su nalga derecha.
-Sí- susurro con su cara en la almohada
Le di un cálido y dulce beso pegando mis labios a su culo, y en cuanto se relajó hinqué con fuerza mis dientes, sujetándole el culo con ambas manos para que no se me marchara. Laura se retorció arqueando la espalda y tratando de escapar, pero la tenía bastante bien cogida. –Aaaahhhh-gritaba pero poco a poco se iba ahogando su grito entre la almohada.
En cuanto me separé pase mi lengua por la marca que le acababa de dejar, recogiendo los restos de saliva que había dejado –Mañana entrenaras con esos shorts tan monos que te dejan medio culo fuera, para que todos te vean que alguien te mordió el culo.
-Sí Ama- dijo recordando su posición- ¿me darás el masaje?
-Claro-dije sentándome a horcajadas sobre su gran culo.
Dejé caer un chorrito de aceite sobre su espalda, ella se tensó al notar el aceite y su piel empezó a erizarse, pero en cuanto mis cálidas manos se apoyaron sobre su espalda se relajó. Le masajee los hombros y la espalda pero cada vez me lanzaba mas sobre ella, así que decidí quitarme también la parte de arriba.
Laura vio como lanzaba mi top y se giró –Que guapa estas así- dijo sin apartar su mirada de mis pechos.
-Anda túmbate bien, que es para no manchar el top- le dije haciéndola girarse de nuevo y apartando su cola para poderla masajear en el cuello.
Cada vez que pasaba mis manos por sus hombros dejaba caer más mi cuerpo sobre su cuerpo, notando el roce de mi coño sobre sus nalgas hasta que me dejé caer sobre su espalda llena de aceite. Mientras le besaba el cuello el olor a coco me embriagaba, pasaba mi mano por sus hombros, bajando por sus axilas y llegando a embadurnar de aceite el borde de sus pechos. Agarré firmemente sus dos pechos y le susurré al oído
–Madre mío que cuerpo que tienes.
Empecé a moverme sobre ella, apretando mis pechos contra su espalda y sin dejar de soltar los suyos, me molestaba el pantalón que ya estaba lleno de aceite, me lo quité junto al culotte y solté una de las tetas de Laura para empezar a acariciarme el coño.
-Sí que estas cachonda Ama-decía Laura sin apenas moverse.
-Umm si gírate- le ordené dándole un azote en el culo y sin levantarme.
Laura como pudo se dio la vuelta, en todo momento mi cuerpo estuvo en contacto con el suyo consiguiendo así llenar de aceite nuestros pechos y todas las sabanas también. Cogí los pechos de Laura y me dejé caer sobre ellos apretando sus pezones contra los míos. Laura me miraba extrañada, mientras yo gozaba como nunca antes. Tras un rato de frotarme como una perra en celo contra Laura y acariciarme el coño, grité:
-Voy a por el strap- y sin más explicaciones me levanté y me fui a por él.
-Susy estoy muy cansada…
Ni si quiera la escuché, volví rápida y le coloqué el strap a Laura, le sorprendió un poco. –Tranquila a penas tendrás que moverte.
Me puse de nuevo a horcajadas pero con la punta del strap rozando mis labios vaginales, que ya relucían empapados de mis flujos mezclados con el aceite. No me costó nada dejarme caer y penetrarme entera, me sujeté en los hombros de Laura y empecé a montarla con tantas ganas que la cama se movía a mi ritmo. Laura jadeaba cada vez que dejaba caer todo mi peso sobre su pelvis.
Me separé y arqueando la espalda me apoye en sus muslos sin dejar de penetrarme en todo el rato, me movía inquieta, no encontraba la pose ideal, llevaba mucho tiempo sin excitarme así y ese día quería correrme a lo grande.
Finalmente me puse de nuevo inclinada hacia delante pero magreando los pechos de Laura, y haciendo un esfuerzo le dije –Dime cosas sucias.
Laura se quedó parada, era la primera vez que veía esa faceta mía pero como buena sumisa no iba a defraudarme…
-Soy tu sumisa sucia…- dijo dudando.
-¡Ya sé que eres mi putita guarra, pero quiero que me digas cosas sucias a mí!- le grité.
-¡Trota puta!-dijo decidida
-Eso es…
-…eeemmm…- Laura se quedó en blanco.
Le retorcí con fuerza un pezón, aun que se acabó escurriendo entre mis dedos.
-Zorra, mala puta, aaah, eres una sucia puta- Laura me gritaba guarradas mientras se le caía una lagrima de dolor.
Laura se movía un poco ayudándome a montarla, mientras por su boca no paraban de salir palabras malsonante que solo conseguían excitarme más y más, aun siendo ella la que me estaba insultando y la que llevaba el strap seguía sintiéndose dominada.
-¡¿Vas a correrte ya niñata?-me preguntó dándome un suave y tímido cachete en el culo.
-Estoy a puntito Laura- jadee.
-Así me gusta, buena perra- decía ayudándome a montarla, con sus manos en mis nalgas levantándome y bajándome.
En cuanto llegué al orgasmo solté un alarido tan fuerte que creo que se escuchó hasta en la casa del otro lado de la acera, me quedé completamente inmóvil con las manos en los pechos de Laura y la espalda arqueada, mientras Laura siguió moviéndose poco a poco debajo de mi, consiguiendo alargar mi orgasmo.
En cuanto este llegó a su fin me dejé caer sobre el pecho de Laura.
-Ouu, Susy –renegó al dejarme caer sin avisar- nunca te había visto así de, bueno así de puta.
-Es que llevaba un tiempo sin llegar a excitarme como me he excitado hoy, además este cuerpo que tienes…
-No sabía que eras de las que le gusta hablar sucio.
-La que has hablado sucio has sido tú, voy a tener que lavarte la boca con jabón.
-Porque me lo has pedido tú…
-Y muy bien lo has hecho- concluí besándole en los labios dulcemente.
Dejamos la cama y la ropa hecha un desastre, pero yo había gozado como pocas veces antes.
Desde ese día cada vez que nos peleábamos en el ring yo acababa cachonda perdida y nos lo pasábamos en grande, no como ese día pues Laura se acabó acostumbrando a los combates y ya no llegaba tan agotada a casa y podíamos jugar a más cosas.
Los combates fueron ganando nivel incluso algunos “espectadores” empezaron a apostar a favor de Laura que nunca consiguió ganarme, pero eso demostraba que Laura empezaba a tener dominada la técnica y claramente su mayor altura y peso le servían de algo, algunos combates me confié demasiado y empecé a temer por recibir algún golpe muy fuerte.
Estos combates pasaron de 4 asaltos a 6, de 2 minutos a 3 y poco a poco nos fuimos acercando mas al “La primera que caiga pierde” aunque aun nos faltaba un poco para llegar a ese extremo cuando un día tras un combate y una larga ducha, sin sexo en las duchas, pero larga para poder relajar los músculos y limpiarnos bien se nos acercó un hombre de unos cincuenta y largos al salir del gimnasio.
-Hola chicas, sois Laura y Susy, ¿cierto?
-Si así es- dije yo pensando que era otro fan que quería recomendarnos ser profesionales o simplemente decirnos que éramos lo más.
Aunque no parecía el típico hombre que practicase boxeo, era algo más alto que Laura, con bastante tripa que asomaba por encima de los pantalones tejanos y que esa camisa hortera de cuadros parecía que no sería capaz de contener. Aunque no tuviera muy buen gusto vestía de marca, con un señor cinturón de cuero con una hebilla brillante. Pelo corto con entradas bastante marcadas aunque trataba de disimularlas con un peinado “creativo”.
-Quería proponeros un trabajo, un buen trabajo…- dijo sacando un puro del bolsillo de su camisa y pasándolo por sus manos mientras arrancaba la punta y lo encendía.
-Miré…”señor”…nos ganamos la vida muy bien con nuestras cosas y no queremos boxear- dije ya harta de escuchar siempre la misma canción.
-Mira Laura, porque no hablamos esto en un sitio más tranquilo, tengo el coche aparcado dos calles más abajo, os invito a una copa y os digo en qué consiste el trabajito.
-Soy Susana, ella es Laura y no creo que nos interese.
-Ni por… digamos… 4000 euros al mes… más o menos, cada una claro.
A Laura y a mí nos cambio la cara al instante.
-Me parece que no nos hemos entendido bien, podemos hablarlo más tranquilamente pero antes déjeme asegurarme que no nos ha confundido con unas putas o algo peor.
-No, solo os quiero para que os peleéis, este local está lleno solo para veros como os dais la una a la otra, mi oferta es más o menos algo parecido, además soy bastante flexible pero claro depende de lo que hagáis cobrareis más o menos…

Seguimos a este peculiar hombre hasta donde dijo que tenía el coche, hasta que se detuvo en un gigantesco hummer H2 color amarillo con un logotipo impreso en la puerta mostrando a una mujer sobre una pica, nos abrió la puerta de atrás y pasamos Laura, él y yo. Le hizo un gesto al chófer y este se puso rumbo a lo desconocido

Búaa ya veréis lo que pasa en el 7º la proposición indecente (película) es poca cosa, aquí habrá sexo HETEROSEXUAL a tutiplén, palabra de boxeadora :D

6 comentarios:

  1. Interesante relato, y se agradece lo del sexo heterosexual que avisas, porque al igual que a ti, empieza a hacerse monótono. Ánimo!!!

    ResponderEliminar
  2. me ha encantado :) yo pensaba que no te gustaban los chicos guapa :O tengo muchas ganas de saber como acaba tu historia un besazo morena

    ResponderEliminar
  3. Me ha gustado mucho este ultimo capitulo a pesar de ser un poco mas ligth que como nos tienes acostumbrado , la pelea me a gustado mucho , la chuleria de susy hacia laura , y el afan de laura por querer ganar a susy , y el polvo final a estado muy chulo , sigue asi!! espero con ansia el proximo capitulo e intentare leerlo puntual ya que este me pillo de vacaciones cuando lo publicaste , un saludo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí también me pilló de vacaciones, no sabes lo complicado que es publicar desde un lugar perdido de la mano de dios haciendo piruetas para poder conseguir un poquito de cobertura de datos.
      El siguiente capítulo aun no lo he empezado jeje, ¡estamos de vacas!! ¿o no? A ver si mañana me pongo.
      Aprovecho y mando un beso a Jimmy y a Raquel, que luego me flipo viendo que tengo ciento y pico comentarios y en realidad la mitad son míos de contestaros jaja :3
      PD: Tengo pendiente de colgar un dibujo que me ha hecho un admirador secreto, creo que lo voy a poner ahora mismito,

      Eliminar
  4. Me encantan tus relatos susy, de las mejores relatadoras que he leido siempre. Solo te pongo un pero, y no es algo directamente relacionado con los relatos, sino con el tiempo entre relato y relato. Se que para que los hagas de la calidad que los haces y lo largo que los haces se requiere un tiempo, pero si fuera menos tiempo entre uno y otro seria la leche. De todas maneras lo que te he dicho, sigue relatando asi que se te da de lujo. Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este lo acabé ayer, y no es porque se tarde un mes en escribir esto, si no que me pongo, lo dejo a medias, dibujo, luego me voy de vacas, en época de clases las clases el curro etc. con un mes me aseguro que tengo tiempo para escribirlo

      Eliminar